Yo sé que mi nombre es un poco difícil. Sé que es muuuuuy largo, que tiene muchas "palmadas" (muchas sílabas) y que no todos los niños consiguen llegar a pronunciarlo bien.
Pero como no me gustan los diminutivos, y lo de "Marga" me suena a "amarga", siempre me presento con mi nombre completo y acepto con gusto las "variaciones" de mis alumnos.
Así, he oído como me llaman "Marita", "Maíta", "Maruita", "Ma-a-ita" o "Mariquita".
Pero el que más me gusta, el más novedoso, el que nunca había oído hasta ahora y el que me hace sonreír cada vez que lo oigo, es el nombre con el que me ha bautizado la pequeña Sofía: "Pajarita".
¡¡Me encanta!!