A Inés, como al resto de sus compañeros, le encanta abrazar a Ellie. Se ríe cuando Ellie, sujeta por mi mano, salta o baila y grita alborozada cuando la elefanta coge la tiza amarilla si yo he dicho "red".
Cuando termina la sesión, los niños se quedan con su tutora mientras Ellie y yo nos vamos a otra clase, a jugar y aprender con más niños y niñas.
Un domingo, en una comida familiar, Inés dice una palabra en inglés. En el cole estamos aprendiendo las frutas y ella quiere demostrar lo que sabe. Su tía -que me conoce porque trabaja conmigo- la felicita y le dice que sabe mucho inglés a lo que ella responde:
- Sí, pero Ellie sabe más.
- ¿Por qué? - pregunta su madre.
- Porque está con la maestla todo el tiempo, y yo sólo los lunes.
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