miércoles, 16 de marzo de 2005

Final de trimestre.

¿Cómo va la semana? Yo estoy agotada, pero es que este año se me juntan las fallas con el final de trimestre. Todavía estamos ultimando la falla (que quemaremos mañana) y los regalitos del día del padre (que también repartiremos mañana) y después nos quedan sólo tres días para poner las notas y encuadernar los trabajitos. Menos mal que después tendré las vacaciones de pascua para tratar de reponerme...

Por lo demás, las cosas me van como siempre. En el cole siguen ocurriendo cosas divertidas, cosas tristes, pero sobretodo cosas tiernas, y cada día tengo algo que contar al llegar a casa. Últimamente, por ejemplo, estoy muy contenta con Mayra. Está trabajando mucho mejor, va aprendiendo a trazar algunas letras, aunque la Z se le sigue atragantando, y suele llegar de mejor humor. El otro día en el patio me acerqué a ella, y le di un abrazo de esos que parece necesitar tanto, y le dije "¡Qué contenta estoy con Mayra! ya sabe hacer las letras muy bien, ya no llora para ir al comedor, ya no se enfada..." y ella añadió "ya no se caga..." jaajjajajaja. Efectivamente, hace un par de semanas del último "accidente" y ella misma, de vez en cuando, me sugiere que compruebe que lleva las braguitas limpias :)

Andrés, por su parte, me enterneció de nuevo el otro día. Como sabéis es el niño que vive con sus abuelos (al igual que su hermano) porque no tienen padre reconocido y su madre no quiere saber nada de ellos. Bueno, pues el otro día mis niños se enfrentaron al aprendizaje de su primera consonante: la letra "p". Después de realizar algunas actividades relacionadas con el sonido y la grafía de la "p" les pedí que dibujaran algo que empezara por esa letra. La mayoría vino a enseñarme sus dibujos diciendo "mira, es mi papá"; "yo he dibujado a mi papá" o "¿cómo se escribe "papá"? Es que yo he dibujado al mío...". Andrés se acercó y me enseñó su dibujo sin decir nada. Yo reconocí una figura humana, y pensé que tal vez había dibujado a Paco "Fuerte", así que le pregunté. Y él, simplemente, me respondió: "he dibujado un padre". Me pareció muy triste. No sé si a todas os parecerá igual, pero la palabra "padre" es para mí tan fría comparada con "papá"... y más, cuando, como es el caso de Andrés, no lleva el posesivo "mi" delante... :(

Maestla

miércoles, 9 de marzo de 2005

La trágica e inútil muerte del gato.


En aquel pueblecito en el que trabajé por primera vezm tras la aventura del zorro, corrió la voz de que "la hermana de la maestra" quería huesos, y los niños trataban de ayudarme. Un día me trajeron una cabeza de cerdo, otro unos huesos de oveja... pero lo peor fue lo del gato. Un día me preguntaron si mi hermana tenía algún esqueleto de gato, y les dije que no. Ellos me ofrecieron uno. "Vale, de acuerdo, decídme dónde está, y se lo diré la próxima vez que venga a verme".
- Espera, que primero tenemos que matarlo- respondieron ellos.
Naturalmente, me escandalicé y me negué. Les rogué que no mataran a ningún pobre gato para mi hermana, que su necesidad de huesos no era tan acuciante. Pero ellos me respondieron con toda la calma del mundo que no me preocupara, que había muchos...

Días después me dijeron que ya estaba hecho. Habían matado a un pobre gato con la escopeta de perdigones de uno de los niños. Me describieron con todo lujo de detalles la agonía del pobre animalito, como anduvo unos metros "como mareado" después de recibir la perdigonada en la cabeza y como, finalmente, lo habían enterrado para que mi hermana pudiera recoger los huesos después.

Un par de semanas más tarde se ofrecieron a desenterrarlo. Yo les sugerí que era un poco pronto, que tal vez todavía no estuviera "listo" pero ellos insistieron. Continuaron empeñados en proceder a la exhumación el día siguiente, y el otro, hasta que finalmente me confesaron que lo habían hecho. Dani reconoció que "estaba lleno de bichos y olía muy mal"... lógico, jejejejejeje.

El caso es que llegó final de curso, y abandoné el pueblo prometiendo, eso sí, recoger el gato en la primera visita que hiciera. Pero no fue posible. En mi primera visita no vi a ninguno de los "criminales" porque todos estaban ocupados. Pero algún otro niño me explicó que habían desenterrado (una vez más) el cuerpo del gato y que -por razones que desconozco- lo habían metido en una olla express...

Los meses se sucedieron, mis visitas también... y al final no conseguimos el gato. Desenterrarlo y "juguetear" con él se había convertido -por lo visto- en el deporte oficial del pueblo, porque cada vez eran más los niños que lo hacían. Y pasaron de admitir que "podía faltar algún hueso" a reconocer que "quedaba alguno"...

En fin, es triste admitirlo, pero lo cierto es que la del pobre gatito fue una muerte inútil :(

Maestla

martes, 8 de marzo de 2005

8 de marzo

Mis niños, en el colegio, han hecho hoy un dibujo sobre el día de la Mujer Trabajadora (¿es que acaso hay alguna que no lo sea?) y se lo han llevado a casa para regalárselos a sus mamás. Pedro lloraba muy disgustado, el pobre, y cuando he conseguido sacarle las palabras me ha explicado que su madre "no estaba contenta"... Se refería al dibujo que estaba haciendo. Había tratado de hacer la cara de su madre seis o siete veces, y en todas las caras ponía una sonrisa tan grande, que más que una sonrisa parecía un círculo. Y más que una boca, una gran nariz. Así que le he ofrecido mi ayuda. Le he aconsejado que dibujara una cabeza bien grande, para que hubiera espacio suficiente para los ojos y después, sujetando su mano, hemos trazado juntos la sonrisa. Y al mismo tiempo que el papel sonreía, Pedro se secaba las lágrimas :) Muy satisfecho, ha terminado de dibujar el cuerpo de su mamá, y se lo ha llevado orgullosísimo...

Maestla

martes, 1 de marzo de 2005

Sobreviví a la excursión también...

Me siento muy feliz porque he sobrevivido a la excursión de hoy sin perder a ningún niño, jejejejejejeje. Afortunadamente no ha llovido (aunque anoche nevó en la ciudad :D) y los niños se han portado bastante bien. Tanto, que se merecen un premio... estoy pensando que debería proponerle al espabilado de mi director que les diera festivo hasta la semana que viene... Y digo que se han portado bien, porque lo cierto es que las circunstancias se han puesto en su contra...

Para empezar, el autobús estaba medio derringlado. Había algunos asientos "deslizantes". Es decir, que se deslizaban hacia delante y empotraban al niño contra el respaldo de delante. Por suerte, la única que ha sufrido las "dolorosas consecuencias" de dichos asientos he sido yo.

El teatro al que íbamos está en una de las zonas más antiguas de la ciudad, donde un coche entra con dificultades, y un autobús de ninguna manera. Así que el chófer nos ha dejado en las donde ha podido y, desde allí, nuestra interminable fila ha recorrido calles y callejas, sorteando charcos, andamios y automóviles.

Cuando hemos llegado al teatro, hemos descubierto que faltaba más de una hora para que empezara la obra que teníamos contratada. Claro, es que el año pasado encontramos mucho tráfico, y llegamos tarde. Y este año hemos salido del cole con tiempo, y con miedo a retrasarnos, y eso es lo que ha ocurrido. Hemos hecho que los niños se sentaran en el suelo (a la entrada del teatro había una sala con una exposición que es donde nos han permitido "acomodarnos") y hemos hecho tiempo almorzando. Mis niños "sólo" han tirado por el suelo un actimel, un yogurt, un zumo de naranja y dos botellas de agua... por no hablar de las toneladas de migas que han esparcido por todas partes :( Pero podía haber sido peor... podían haber roto algunos de los objetos expuestos.
El tiempo pasaba lentamente y los pobrecitos se aburrían como ostras, a pesar de mis esfuerzos por entretenerlos con adivinanzas y otras cosas "silenciosas". Y es que ya nos habían llamado la atención porque el público de la sesión anterior les oía a ellos más que a los actores :(

Cuando por fin ha llegado el momento de entrar, hemos tenido la suerte de conseguir sitio en primera fila. Y es que de algo tiene que servir la puntualidad, ¿no? Pero entonces, nada más alzarse el telón, he descubierto dos cosas: que la obra era en valenciano (lengua que mis niños casi no conocen, porque viven en un pueblo castellano-hablante) y además, dirigida a alumnos de primaria (es decir, a partir de seis años). Bueno, pues a pesar de todo han estado casi-callados, casi-sentados y casi-quietos todo el tiempo. Eso sí, Paco "Fuerte" ha estado sentado a mi lado, porque no quería que se hiciera famoso, como el año pasado :) Y Francisco Javier (alias "Pitel Pan") justo delante, para que no pudiera usar su famosa excusa "es que por las mañanas estoy un poco loco..."

Al salir del teatro hemos tenido que retroceder todo el camino hasta llegar al autobús, que nos esperaba junto a una tienda muy conocida en que se llama "La Casa de los Caramelos". ¿Imagináis hacia dónde se iban los ojos y los pies de nuestros niños? Pero hemos conseguido subir a todos y hacer recuento antes de ponernos en marcha hacia el pueblo en el que estaba la Ludoteca donde iban a comer y a pasar la tarde jugando. Aunque, eso de pasar la tarde es un decir, porque entre que la obra ha empezado más tarde de lo que esperábamos, que ha sido más larga de lo que creíamos y que el camino hasta el autobús ha durado más de lo calculado, no hemos llegado allí hasta las dos y media... y a las cuatro teníamos que salir hacia el colegio de nuevo :(

Maestla