viernes, 28 de mayo de 2010

"Pollitos"


Ayer observé que uno de mis niños se rascaba mucho la cabeza. Pensé comentárselo a la tutora para que le sugiriera a la familia que le hiciera una inspección a fondo. Pero en seguida descubrí que no sería necesario, porque después de un ratito, el pequeño me dijo:

- ¿Sabes? Me rasco porque tengo pollitos en la cabeza...

Los demás levantaron la vista soprendidos, supongo que esperando encontrar plumas amarillas y escuchar "pío, pío"... son alumnos del grupo de castellano y todavía no saben que "polls" son piojos en valenciano.

Por si las dudas, Ramón aclaró: "Los pollitos son como monstruos que hacen que me pique..."


No pude evitar acordarme de Paco "fuerte" y su visita cuando, un rato después exclamó un "¡¡ala!!" con el que rompió el silencio que, milagrosamente, reinaba en el aula en ese momento. Y viendo la sorpresa con la que le miraba, me explicó "es que al rascarme uno de los pollitos se ha caído, pero ahora ya no lo encuentro".


¡¡Ay!! Espero que nadie más de lo encontrara. Yo, desde luego, no lo vi.

domingo, 23 de mayo de 2010

Familias Reales


¿Os he descrito alguna vez el aula en el que trabajo con mis alumnos en la hora de "alternativa"? Es pequeña, pero una auténtica "aula multiusos".

No sólo sirve para que lleve a los alumnos de los diferentes grupos en la hora de "Atención Educativa" (que es cómo se llama ahora a la "Alternativa a la Religión"). También es el aula de actividades extraescolares, comedor pequeño, fotocopiadora, trastero y sala de reunión de la Asociación de Padres.

Somos tantas las personas que trabajamos en ella, y tan variadas las actividades que realizamos, que no es extraño encontrar las cosas en sitios en las que no las habíamos dejado o descubrir que la decoración cambia de un día para otro.

Por eso, cuando el jueves nada más entrar Josete señaló a la pared, apuntando con su dedito hacia algo que estaba sobre mi cabeza, y exclamó "¡Qué bonito!", me giré esperando encontrar algo nuevo que hubiera colocado el profesor de inglés.

Pero no vi nada más que unos dibujos que los niños habían hecho y yo misma había colgado unos meses atrás.

- ¿Esto? - le pregunté, señalando el granjero, la araña y la vaca que nos miraban desde la pared.

- No -respondió él- lo de arriba.

¿Lo de arriba? No había nada más que el cuadro con la foto de los Reyes, que está ahí "desde siempre", ya un poco descolorida y, desde luego, nada actualizada.

Supongo que nunca les había hablado desde ese punto exacto del aula y que ellos nunca habían mirado hacia allí porque, efectivamente, Josete se refería a la foto. Y me preguntó, todavía extasiado ante tanta belleza:

- ¿Es tuya?

- No, es de la clase. - Respondí yo.

Y Mohamed, que escuchaba nuestra conversación con atención, volvió a mirara a Don Juan Carlos y Doña Sofía y preguntó entonces:

- ¿Son tus papás?


Esa pregunta me hizo recordar a otro alumno, en otro colegio, en otro pueblo...

En aquella ocasión estábamos recortando fotos de revistas para hacer un mural en el que clasificar imágenes de mujeres / chicas / niñas frente a las de hombres / chicos / niños. Y apareció una foto bastante grande del Príncipe de Asturias.

Les pregunté a mis niños si sabían quién era y negaron con la cabeza en un gesto que me demostraba que mi pregunta era bastante absurda.

Les expliqué que era el Príncipe, el hijo de los Reyes y viendo que la expresión de desconcierto continuaba en sus caritas, les pregunté si sabían quiénes eran los Reyes.

- ¡¡Claro!! -me respondió Víctor, casi ofendido porque yo lo dudase- ¡¡Melchor, Gaspar y Baltasar!!