lunes, 16 de diciembre de 2013

Hip, hip ¿hurra?

Hace muuuuuchos años, cuando yo todavía era alumna, y no maestra, pensaba que no había nada peor que tener hipo en clase de filosofía.

Y es que el hipo aburrido no es cualquier hipo. ¿Habéis probado alguna vez a bostezar -por culpa del aburrimiento- en pleno ataque de hipo? No se lo aconsejo a nadie. El resultado es tan ruidoso como ridículo. Y a mí me ocurrió en varias ocasiones.

Pero hoy he descubierto que hay algo peor: Tener hipo cuando ya no eres una alumna, sino una maestra rodeada de un montón de niños y niñas de cuatro años.

Al principio nadie se ha dado cuenta porque estaban ocupados terminando de escribir "Felices fiestas" en el regalo que están preparando para sus familias. Pero cuando han terminado y yo he comenzado a hablar para contarles lo que íbamos a hacer a continuación, he sido descubierta.

Algunos han exclamado, sorprendidos "tienes hipo". Como si no me hubiera dado cuenta.

Otros, han comenzado a imitarme. Por cada "hip" mío, sonaban cuatro o cinco más.

Otro, más "alegre" ha completado cada uno de mis "hip" con un "hip hurra".

Una niña se ha dedicado a gritar "¡¡uuuhh!!" tratando de asustarme para quitarme el hipo.

Y, por último, un niño al que le encanta llevar la contraria, ha ignorado mi hipo para decirme amablemente "cuando toses pareces un perro".

¡Ay! Qué falta me hacen las vacaciones....